IBM ahorra 1 millón de dolares en un año
Efectivamente es una cifra muy alta. Esta cantidad es la que anualmente se gastaba IBM en licencias de la Helvetica Neue. Y es que licencias tipográficas para una empresa con más de 380.000 trabajadores pueden costar esta elevada cantidad. De hecho, gran parte del negocio de las grandes fundiciones como Monotype se basa en las cantidades que cobran a empresas de este tamaño. Aún así, IBM ha anunciado los motivos del cambio tipográfico y en ningún momento se refiere al coste económico de esta. Sus argumentos principales han sido de marketing, branding y diseño.
Hasta ahora, la compañía, que cuenta con una fuerte personalidad gráfica gracias al magnífico trabajo de Paul Rand, siempre había utilizado Helvetica Neue por su neutralidad, limpieza y precisión. Sin embargo, la presencia de la Helvetica puede complicar la identificación de la marca en contextos en los que el logotipo no aparezca. El director creativo de IBM y diseñador de tipos, Mike Abbink, se preguntaba cuando empezó en la empresa, como una compañía de esta índole no tenía una tipografía corporativa propia.
La idea de una tipografía corporativa propia llevaba tiempo “paralizada” por no encontrar al equipo apropiado para llevarla a cabo. Mike Abbink fue fichado en 2015, proveniente de Wolff Olins, Saffron, Apple y Meta Design.
Parte mecánica y parte humana
Al principio la estrategia apuntaba al territorio de los palos secos góticos (Gothic Sans) como Franklin Gothic y Bell Gothic, con más personalidad que la Helvetica, pero finalmente optaron por un híbrido entre gestos mecánicos, rectilíneos, propios del lenguaje de la ingeniería, con trazos manuales y humanos, uniendo así la parte humana con la mecánica.
El argumento del ahorro de costes nunca ha sido negado por las fuentes de la compañía. El mismo vicepresidente de estrategia de marca y experiencia de usuario, Terry Yoo, afirma que era imposible que cada uno de los 380.000 trabajadores tuvieran instalada la Helvetica Neue.
IBM Plex
Con una tipografía a medida resuelven tanto el problema de diseño como el económico. El primer paso fue ganarse al público desde dentro de la compañía, forrando con una gran lona todo el edificio y mostrando así la IBM Plex. Los empleados se mostraron entusiasmados, involucrados e identificados con el proyecto, participando incluso en el nombre de la tipografía. El siguiente movimiento táctico era abrir y compartir la tipografía al mundo entero, haciéndola de descarga gratuita. Además la tipografía está disponible en más de 100 idiomas. El resultado es una súper-familia compuesta por tres ramas: un palo seco (sans serif), una romana (serif) y una mono-espaciada (monospace), con ocho pesos cada una más sus correspondientes cursivas. El resultado final estará disponible este 2018, y hasta su puesta en escena oficial podemos disfrutar de su versión beta.
